martes, 9 de junio de 2015

TRAS LOS PASOS DEL SANTO GRIAL- LA CRÓNICA


Cuando  Indiana Jones estuvo buscando el Santo Grial por todos los rincones de la tierra, si hubiera sabido que en España se escondía el cáliz que Jesucristo utilizó en la Última Cena, habría tenido que vivir aventuras menos arriesgadas que las experimentadas en la búsqueda de la preciada joya.



No tenía más que haber viajado a la capital del Turia y admirar en el pequeño anexo a la catedral esta preciosa pieza, que se guarda en la capilla que lleva su nombre desde el año 1437.


Hasta aquí llegó procedente del Palacio de la Aljafería  desde tierras mañas, pero antes de llegar a la capital del Ebro, el Grial había sido custodiado durante mas de mil años en tierras de Huesca.

Pero son muchas las leyendas que envuelven  este misterio, desde que allá por el siglo III D.C. y más concretamente en el año 258, el diacono San Lorenzo, al servicio del Papa Sixto II, lo enviara a Huesca, a casa de sus padres para protegerlo del emperador romano Valeriano.

Así que un servidor, que no le gusta nada todo esto, y aprovechando que en octubre se conmemorará  el Año Jubilar del Santo Grial aquí en Valencia, mi ciudad natal, intentaré seguir sus pasos desde que llegó a la península.

A continuación os relato lo que aconteció en esos cuatro días al intentar seguir los pasos del Santo Grial.

Después de muchos preparativos, tanto de investigación como de documentación sobre el tema, itinerarios, rutas, horarios y tracks, llego el momento de ponerlo en práctica.

Era un lunes, 27 de abril, cuando empecé la ruta hacia el norte de la península, y más concretamente hacia Huesca, donde empezaría mi primera etapa griálica.
Saldría de Vall de Almonacid, pueblecito castellonense escondido en la Sierra de Espadán, donde tengo mi segunda casa.



Atravesaría Segorbe y en un instante estaría tomando el único tramo de autovía de la ruta que me acercaría hasta Teruel, 50 kilómetros  para ganar tiempo ya que la jornada tenia pinta de que iba a ser algo dura.
Mi primer sobresalto llego pronto, ya que mientras subía el puerto del Ragudo, veía como a lo lejos salía una humareda muy negra, como si estuvieran quemando neumáticos.
Nada más coronar el puerto y en el arcén, me encontré con un autobús completamente en llamas y a  pocos metros más adelante, un pequeño grupo de gente con el poco equipaje de mano que pudieron rescatar, esperando en el arcén.


En ese momento no sabía si pasar o pararme antes de sobrepasarlo, y si explotaba a mi paso? Sin mucho tiempo para pensar, me metí en el carril izquierdo, abrí gas, apreté el culete y creo que hasta cerré los ojos al pasar por su lado.
Primera prueba superada!!!!
Mal empezaba el día, sería un mal presagio?
Siguiendo la ruta preconcebida, poco después estaba ya en Teruel, donde cogí el desvío que me encaminaría hacia Huesca.


Paso obligado por Belchite, donde me detuve para visitar brevemente el pueblo viejo y a descansar un rato.





Allí me encontré un lugareño nonagenario que me conto un sinfín de historias de las cuales os dejo la que más me impresionó:

Era yo un zagalillo cuando andaba revoloteando por los campos a las afueras del pueblo muy cerca del cementerio, allí había una casona a modo de cuartel,  donde metían gente como para interrogarla y a los cuales sacaban por la puerta trasera y allí mismo, en la tapia del cementerio y escondido de la vista de los demás, los fusilaban.


Después de una charla larga y tendida, continuaría la marcha de nuevo.
Hacia bastante aire y además frio, así que saco hasta el chubasquero, que me pongo en la parte de arriba para apaciguar la entrada de aire en el cuerpo.
En poco mas demedia hora estoy ya en la puerta de los Monegros, que intentaré atravesar por su parte más occidental.


Empiezo a enlazar pistas siguiendo el track y comienzo a disfrutar en solitario de mi primer Off Road del día.
Hay de todo, pistas buenas, pistas malas y hasta algún tramo que tengo que improvisar con el gps porque no existe.


 Me adelantan unos endureros, por lo menos ocho, se paran más adelante y me detengo a su lado, son franceses y van con motos francesas, solo uno medio chapurrea   algo de español y logro entender que están esperando a una moto como la mia, van destino a su país por pistas, así que les digo que yo prosigo marcha ya que voy más despacio que ellos.
Al rato me vuelven a adelantar y tras ellos el de la Gs, roja, sin maletas y sin asiento de atrás, así cualquiera!!!!


Después de un tramo corto de carreterillas, cojo de nuevo una pista que dirección a Huesca, me acercara antes al embalse de Valdabra .


Aquí me detendré y daré un bocado antes de llegar a mi primer destino de mi ruta Griálica, la Ermita de Loreto.



Siguiendo el gps vuelvo a tomar carreteras asfaltadas, ya veo Huesca a lo lejos, así que la Ermita no debe de estar muy lejos.

Ahí está el desvío y mi corazón se me acelera, estoy nervioso.



Creo que estoy viendo a lo lejos la imponente Ermita, en medio de campos de trigo con un colorido especial.



Mientras paro a hacer unas fotos en el camino, me pasa una moto hacia la Ermita, así que me voy para allí a ver que hay.

Ya estoy aquí, y la Ermita es bastante grande, más que una Ermita parece una iglesia.


Paro la moto y me quito el casco, es emocionante llegar a tu primer destino, al principio de todo esto que he estado preparando durante semanas. Estoy emocionado y satisfecho.



Durante el mandato del emperador romano Valeriano (253-260), concretamente en el año 258, se emprendió una gran persecución contra los cristianos, conminándoles a abjurar de su fe o sufrir la expropiación de sus bienes y la decapitación. Es probable que esta persecución se debiera a la presunción de que los cristianos atesoraban riquezas, mientras el emperador pasaba momentos económicamente delicados, como lo demuestra el hecho de que las monedas que habitualmente eran de plata, pasaran a ser de una ley muy baja, o simplemente de bronce con una delgada capa plateada, hasta llegar en época de sus sucesores a ser totalmente de bronce.
 El papa Sixto II fue detenido, procesado y decapitado en su propia silla episcopal en las catacumbas de San Pretextato.
De camino a su ejecución, el Papa iba acompañado por su diácono San Lorenzo, administrador de los bienes de la Iglesia, a quien ordenó que los distribuyera entre los pobres y que pusiera a salvo los más preciados bienes, especialmente el Santo Cáliz, que el propio San Pedro había llevado a la capital del imperio.
Lorenzo le rogó que le permitiera compartir su martirio, pero él le dijo que también sufriría martirio por Cristo en su momento. Cuatro días después fue martirizado y asado vivo en una parrilla, que desde entonces pasó a ser el símbolo laurentino por antonomasia, siendo posteriormente santificado y convirtiéndose en el patrón de Huesca.
Antes de su muerte consiguió cumplir el encargo del Papa, repartiendo las riquezas entre los pobres para que no fueran a parar al emperador, a excepción del Santo Cáliz, objeto importante para su propia fe y para la continuidad del cristianismo, que envió a su ciudad natal dos días antes de su martirio a través de un legionario de su confianza, junto con una carta para sus nobles padres San Orencio y Santa Paciencia, que vivían cerca de Huesca en su  pequeña granja (o torre en Aragón),  y casa de Loret, en el lugar en que hoy se alza la ermita de Loreto, y donde se cree que se guardó inicialmente, según sostiene la tradición y corroboran los mejores investigadores en la materia.


Ahí está el otro motero, me acerco  a él, nos saludamos y le explico brevemente que estoy haciendo por aquí, el me presta atención y le gusta la idea, así que después  de un rato, se brinda a hacerme unas fotos y a guiarme hacia el centro de Huesca, mi próximo destino.
Lástima que la Ermita esté cerrada, no puedo ver lo que hay dentro, pero que le vamos a hacer?

Rubén , que así se llama mi nuevo amigo, sale delante de mí y enseguida estamos callejeando por la capital, en un instante ya estamos en el centro y nos detenemos en un parking de motos en el Coso, que así se llama la calle, me explica donde está todo ,la catedral, la iglesia de San Pedro el Viejo, que es lo que voy a visitar, me da su teléfono y me dice que si me pasa lo que sea, que le llame, que él vive allí y me puede ayudar. Se lo agradezco y nos despedimos.
Aquí una foto.



Luego me enteré que Rubén Pertusa es un gran chef de la zona, un chaval joven y campechano, con ganas de ofrecer mucho sin pedir nada a cambio.

Así que ya la moto aparcada, me fui en busca de mi segundo destino, La iglesia de San Pedro el Viejo, situada en el centro de la capital, no sin antes visitar la catedral.
CATEDRAL

SAN PEDRO EL VIEJO


Lo único malo es que son las tres  de la tarde y hasta las cuatro no está nada abierto, así que después de recorrerme el casco antiguo me dirijo a una gran calle peatonal a tomarme un café con un pastelito típico de la zona, haré algo de tiempo hasta que abran los sitios a visitar.



Poco antes de las cuatro estoy en la oficina de turismo pidiendo información y enseguida estoy frente a la entrada de la iglesia de San Pedro el Viejo.

El año 553 el Grial es trasladado a la Iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, que acababa de ser construída por el Obispo Vicencio con el fin de contener la sagrada reliquia, y donde reposó hasta el año 711. La iglesia se construyó sobre un anterior monasterio benedictino, construído a su vez sobre un templo visigodo que sustituyó a una iglesia de la época romana. La Iglesia de San Lorenzo también fue construída por el obispo Vicencio en la misma época. Es significativo que tanto esta nueva iglesia de San Pedro el Viejo como otros templos, monasterios, iglesias y catedrales en los que reposó el cáliz o que se construyeron para albergarlo, están dedicados a San Pedro, el primer Papa y primer custodio del Grial.

Ya estoy dentro, y una vez allí saco mi entrada y a la mujer que me atiende, le explico  el motivo de mi visita y ella a mi también me explica un poco de todo lo que acontece por allí.
Luego sigo la visita a mi aire, visitando el claustro y las capillas que hay en la Iglesia, no es muy grande, pero solo con saber lo que guardó allí es suficiente para que mi visita haya valido la pena.






 Ya cuando me dirigía hacia la salida, se acerca hacia mi la mujer con un hombre a su lado y el me pregunta:
 Eres Salva? Salva Gs?
Yo con cara imagino de asombrado le digo que si, entonces él se presenta, es  Javier Monsón, Presidente de la Asociación "Huesca, Cuna de San Lorenzo", quién estuvo muy interesado en la ruta en sí y que muy amablemente me mostro la ciudad, donde tuvimos la ocasión de hablar largo y tendido sobre el tema “Santo Grial”


Terminada la visita a Huesca, tome dirección norte en busca de Yebra de Basa, lugar donde tenía reservado habitación en el Albergue de Yebra.



Llegada al Albergue, descanso y una buena ducha.


Las vistas desde mi habitación son espectaculares.


Me voy a estirar las piernas y a buscar de sitio para cenar en el mismo pueblo.




Cena ligerita y a dormir que mañana nos espera una jornada muy larga.


Había sido una ruta 500 kilómetros bastante pesados, de los cuales sobre 350 eran de enlace y 150 de etapa Griálica en sí.

Al día siguiente, después de un buen desayuno  en el mismo albergue, mi intención es  llegar a la Ermita de la Cueva aquí mismo, en Yebra de Basa, pero por pistas, ya que andando había un par de horas de ida y otras tantas de vuelta.


Una nueva crisis sacude a la cristiandad en forma de invasión árabe capitaneada por Tarik y Muza, y facilitada según los cronistas por el traidor conde Don Julián (el hombre mas malo del mundo), que ostentaba el mando en la plaza de Ceuta, y que tras su muerte fue enterrado a la puerta de la Iglesia de San Pedro de Loarre, para que todo el mundo pudiera pisotear su tumba.
El avance de los musulmanes es imparable y en su progresión arrasar todos los templos cristianos. Ello justifica en buena parte el hecho de que no hallemos templos anteriores al año mil. Los apuntados y sus sucesores llegaron devastando hasta el sur de Francia. Abd El Malik no respetó templo alguno en Aragón.
Es entonces cuando el obispo de Huesca, San Acisclo, huye hacia el norte en el 711, junto con su sobrina Santa Orosia, llevando consigo el Grial. Hacia el año 715, según la tradición, el Santo Cáliz permanece temporalmente oculto en la casi inaccesible Cueva-Ermita de Yebra de Basa, disimulada gran parte del año por una gran cascada de agua. Ambos murieron por el mal del "hijo del lobo": Aben-Lupo*



        *Oyendo que los musulmanes habían invadido el reino, se retiraron todos a una cueva de los términos de Yebra, pero descubiertos por los sarracenos, su caudillo Aben Lupo, atormentó y dio muerte a San Acisclo primero y luego a San Cornelio y a toda la comitiva. Todo esto ocurrió ante la presencia de la santa para infundirle temor con el fin de que cediera su belleza, hermosura y rara discreción, a la lasciva infernal de aquél lobo carnicero. Como la virgen se resistiera, lleno de furor aquel lobo sarraceno, mandó cortar los brazos y aserrar después las piernas y cortar su sagrada cabeza y mandó que aquellas santas reliquias virginales fuesen arrojadas por el monte de Yebra, para pasto de las bestias. Mientras la santa era martirizada, sintió sed y por medio de su intercesión manó una fuente cristalina que aún perdura. Ocurrió todo esto por el año de 920. Los ángeles cuidaron de dar honorífico sepulcro a Santa Orosia y recogieron sus reliquias y las colocaron en aquél monte. Aquí estuvieron escondidas, habiéndose perdido la noticia del soberano tesoro, hasta que, a un pastor, se le manifestó el cuerpo y la cabeza, mandándole que dejara la cabeza en Yebra y llevara el cuerpo a la Santa Iglesia de Jaca, donde permanece incorrupto desprendiendo singular fragancia. Cuando las reliquias se acercaban a Jaca, las campanas comenzaron a sonar solas anunciando la llegada. Ese año estas montañas obtuvieron su mejor cosecha. En la cumbre de aquel dichoso monte de Yebra, y donde está la fuente referida, hay una ermita de Santa Orosia, y antes de llegar a dicho sitio se ve debajo de una peña, otra iglesia donde se conservan las reliquias de San Acisclo, San Cornelio y la real comitiva, todas revueltas.

El día era bueno, no hacia demasiado frio y el sol empezaba a despuntar por encima del Valle.


La ruta empezaba desde el mismo pueblo, a los pies de una pequeña capilla.



La pista subía  y subía sin parar retorciéndose entre las montañas como si se quisiera enroscarse a ellas.





Habían tramos complicados, pero con Flavia en modo tractor y con mucho cuidado, no había ningún problema.



El problema llego varios minutos más adelante, una barrera me prohibía el paso y no era cuestión de quebrantar la ley.




Así que media vuelta y para abajo otra vez, que no se termina el mundo por esto. Ya vendría en otra ocasión y aunque fuera a pie, intentaría llegar a mi difícil destino de hoy.



Luego me di cuenta que al comienzo de la pista ya indicaba lo de la barrera…jeje


Ahora rumbo hacia el siguiente destino, San Adrian de Sásabe, entre Borau y Aisa.


Tomaré la carretera que sube de Jaca hacia la frontera Gala, y pasando Castiello de Jaca tomaré un desvío a la izquierda hacia Borau, donde avistaré las primeras nieves en lo alto de las abruptas montañas.


La sinuosas y casi perfectas curvas  de la carretera, me hacían disfrutar de la conducción, y cuando me quise dar cuenta ya estaba atravesando la población de Borau.

De aquí hacia delante la carretera se vuelve arcaica y peligrosa, no apta para hacer en coche si os mareáis.

Antes de salir del valle, nos encontramos el desvío señalizado.


Un asfaltado y estrecho camino nos llevara hasta un idílico paisaje en la confluencia de los barrancos, Calcil y Lupán, donde se esconde la  pequeña Ermita.



Alli la vemos, al otro lado de un riachuelo que gracias a dios no baja mucha agua, asi que nos toca vadear para acercarnos a ella, no es un vadeo grande ni peligroso, por lo menos ahora, pero seguro que en época de lluvias dará mucho más respeto.


Después de cruzar uno de los barrancos dejamos la moto y empezamos a explorar.



La verdad es que da un poco de respeto, esta todo abierto y estoy solo.
La soledad impone.






Con posterioridad, los obispos del todavía Condado de Aragón (pues aún dependía de Navarra) y el Santo Grial se ubican en la poco conocida Iglesia de Santa María de Sásabe, cuyos restos se encuentran bajo la actual Ermita de San Adrián de Sásabe, y que el año 992 se convertía en sede del primer obispado de la Reconquista.
Unos afirman que quedó enterrado en San Adrián de Sasave, cuando la iglesia de Santa María fue sepultada por un tremendo desbordamiento de los barrancos de Lopán y Calcil. Otros sostienen que la reliquia estuvo primero en San Pedro de Siresa, de donde la llevaron a San Juan de la Peña y luego a Crosín, el monasterio en el que los monjes se valían de un túnel para descender al río Aragón y proveerse de agua. Cuentan que se comunicaban con San Adrián de Sasave y San Juan de la Peña por medio de señales luminosas.
No obstante, los vecinos de San Adrián siempre sostuvieron que el Santo Grial permanecía enterrado en la iglesia que sepultaron las barranqueras. Tanto es así que en 1559 decidieron desescombrar el templo. Pero les asaltó el miedo y desistieron de su trabajo: Dicen que a los curas les sucedía otro tanto. Al cabo de los siglos, el misterio continúa. Satué Oliván recoge asimismo la leyenda de que detrás de la iglesia hay siete obispos enterrados, y que en un huerto que tenían los de Casa Chuaquín debía estar el cementerio desaparecido, a juzgar por los huesos humanos que aparecían en él.

Después de la pertinente exploración y varias fotos, tomamos  rumbo hacia el Valle de Hecho  atravesando Aisa y Jasa por una tortuosa carreterilla que nos hará ir con mucha precaución.





Aquí nos meteremos por una pista buscando un lugar para descansar y comer algo, y lo encontramos.



Ya metidos en el Valle de Hecho, llegamos en un momento y por buena carretera a Siresa, lugar donde se encuentra el Monasterio de San Pedro de Siresa, y que en el año 833  la sagrada reliquia pasó a buen recaudo en el recién construido Monasterio, antiguo cenobio visigótico, que es declarado nueva sede episcopal de Aragón el año 922.


Fundación en su origen carolingia de influencias ultrapirenáicas, su estilo es diferente a todo lo visto en el románico Aragonés. Su proximidad a la vía romana que atravesaba el Pirineo por el puerto del Palo facilitó el acceso de influencias europeas.
"...Por decirlo de algún modo, incluso las veneradas piedras de San Juán de la Peña son unas jovencitas, comparadas con sus hermanas de Siresa, que arraigan a Aragón en Europa, desde hace más de un milenio." (Guillermo Fatás)
En palabras de Durán Gudiol: "Vi que no había otro momento a propósito en que se pudiera levantar una iglesia tan monumental como ésta salvo cuando la fundación del Condado de Aragón hacia el año 830"
Ya antes hubo otro templo en el mismo lugar, visigótico, de cabecera plana.

También lo encuentro cerrado y preguntando en el bar me dicen que hay un cartel en la entrada con el teléfono de la chica que lo enseña, que le llamas y viene y te abre, pero allí no hay cartel ninguno.





Mas tarde averigue que la chica cuando se va del pueblo, se lleva el cartel, así que “mi gozo en un pozo”


Después de charlar un rato con los lugareños y hacerme un tentempié en el bar del pueblo, retrocedo sobre mis pasos recorriendo de nuevo el Valle y siguiendo el cauce del rio Aragón Subordán, donde lo cruzo en busca de una pistita que me alejara de la carretera y me acercará a una buena sombra al lado del rio para descansar.




Más tarde me dirigiré hacia la población de Bailo.






Durante el reinado de Sancho III, en 1014, fue sede episcopal, y con ello el Santo Cáliz se trasladó a la iglesia de la corte, que se hallaba en la población: la iglesia de San Pedro, hoy parroquia de San Fructuoso.

Visto el solitario pueblo y su iglesia, para tomar después la carretera que va por el Valle del río Aragón que nos dirigirá hasta Jaca, donde aparcamos la moto cerca de la catedral y nos dispondremos a patear la ciudad.


El rey Ramiro I estableció la capital del incipiente Reino de Aragón  y formó el proyecto de hacer una catedral "tan suntuosa que no exista otra mejor", y lo sería para el Aragón de aquella época, una catedral construida por y para el Santo Grial, que fue acogido en tierras jaquesas desde 1045 a 1076. Por eso será consagrada a San Pedro, y por eso le hará donación de trece pueblos en memoria de los comensales de la Última Cena.

Un corto paseo por la ciudad, su catedral y sus calles peatonales, me serán suficientes para imaginar la importancia que tuvo la localidad en toda esta historia del Santo Grial.





Desde aquí retrocedemos sobre nuestros pasos para terminar el día en el Hostal Aragón, hotel para moteros a pie de carretera y que está situado en el comienzo de nuestra tercera etapa Griálica.



El Hostal lo regenta Javier, un apasionado motero que me atendió como si estuviera en mi propia casa. Una buena cena con carne a la brasa , ensalada y un buen postre, me dará las suficientes fuerzas para recuperarme rápidamente. Buena calidad a un precio muy ajustado, lo recomiendo.


El tercer día amanece con el suelo mojado, así  que después del desayuno, me enfundo el chubasquero en la parte de abajo y a rodar.

A pocos kilómetros del comienzo de la ruta se encuentra la localidad de Santa Cruz de la Serós, con sus típicas chimeneas troncocónicas.


Aquí hay una iglesia, la de Santa María, donde existe un pequeño habitáculo en sus muros, donde parece que durmió el Grial de camino a San Juan de la Peña, o al menos es lo que les gusta pensar a los vecinos.



Después de visitar la iglesia abandonamos el pueblo y tomamos rumbo a San Juan de la Peña, siguiendo la serpenteante carretera que nos ofrecerá unas vistas y paisajes espectaculares.



 A los pocos kilómetros y tras tomar una de las innumerables curvas, aparece ante nosotros como agazapado y escondido en la montaña, el monasterio de San Juan de la Peña.




Hasta aquí llegó porque Pedro de Jaca, el nuevo custodio del Grial, renunció a su cargo de obispo en 1076 y retornó a su monasterio de origen, San Juan de la Peña, cuna del Reino de Aragón, llevando consigo el Santo Grial, que permanecerá allí hasta el año 1399.
El hecho de que el Grial estuviera en San Juan de la Peña y que este fuera un lugar de paso obligatorio para los peregrinos del camino de Santiago, atrajo a gran cantidad de personas que crearon en torno al monasterio un halo de misterio y de lugar sobrenatural.
Es en este lugar donde transcurre la leyenda que relata que un joven noble de nombre Voto cazaba a caballo por estos parajes cuando, persiguiendo un ciervo, cayó desde lo alto del monte Pano al precipicio. Milagrosamente, el animal se posó en tierra suavemente. Sano y salvo en el fondo del barranco, el noble aragonés descubrió una ermita y, en el interior, el cadáver de un ermitaño. Impresionado por el descubrimiento, vendió todos sus bienes y, junto a su hermano Félix, inició una vida eremítica en la cueva que después daría origen al monasterio.
Leyendas que contaban, por ejemplo, como los monjes custodios del monasterio vivían más de cien año gracias a la influencia del Grial. Un monasterio que ya de por si poseía una leyenda debido a su ubicación y creación.
 Leyendas que decían que la fuente que se encuentra en el centro del claustro tenía forma de Cáliz y por ella manaba agua de la misma forma que había manado agua de la herida del costado de Jesucristo. Muchos juglares que hicieron el Camino de Santiago encontraron en San Juan de la Peña y sus alrededores una importante fuente de inspiración y el monasterio se convirtió en un lugar de intercambio de ideas y de encuentro.
Es precisamente durante este período de estancia del Grial en San Juan de la Peña cuando surgen durante el siglo XI las primeras leyendas y obras caballerescas en torno al cáliz de la última cena, extendiéndose por toda Europa y apareciendo versiones alemanas, francesas, castellanas, islandesas, italianas..., con derivaciones como Lancelot, el rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, Queste del Saint Graal, Parzibal, Tristán, Ginebra, el mago Merlín o la espada Excalibur.
Alfonso I el Batallador, fue uno de los monarcas aragoneses que más protegió este monasterio. Caballero templario del Grial, según la tradición oral, tras la batalla de Fraga y supuestamente herido de muerte, se refugió en el monasterio y misteriosamente logró sobrevivir, apareciendo más rejuvenecido y guerrero que nunca.
















Después de tener una visita guiada por el monasterio, previo pago de 5 euros, con guía para mi solo, sigo la carretera que me llevará al nuevo San Juan de la Peña, que se construyó porque el viejo se incendió.



Mucho mas grande y suntuoso que el viejo monasterio pero no por ello menos impresionante.


Coronaré el puerto y empezare a bajar hacia Anzánigo, poniéndome en más de una ocasión al nivel de las inmaculadas nubes.



Desde allí seguiré el caudaloso cauce del rio Gállego, dejándolo poco después para desviarme y pasar junto a los majestuosos Riglos.




Seguiré rumbo a Zaragoza por pistas buenas y carreterillas.




Unas antiguas vías de tren abandonadas me guían hacia mi destino.


Pasaré junto al embalse de Sotonera.




Llegando a Gurrea de Gallego


Otras que cogeré para no tocar la autopista.



Por esta zona y circulando por una pista no en muy buen estado, creo que iba en segunda, vi a lo lejos y en medio de un campo un rebaño de ovejas, de repente tres grandes perros se dirigían como cohetes hacia mí, lo que me hizo dar gas irremediablemente y poner tercera, viendo por los espejos como los perros me perseguían durante un largo tramo, seguro que puse la moto a 80, pero no lo puedo asegurar porque no me dio tiempo a mirar él cuentakilómetros.




 A la que me doy cuenta estoy metido en la capital maña, hace calor, son mas de las dos y voy en busca del Palacio Real de la Aljafería .




Aquí el 29 de Agosto de 1399 el rey aragonés Martín I el Humano, convencido de la autenticidad del Santo Cáliz, solicita la preciosa reliquia al Abad de San Juan de la Peña, ofreciéndole a cambio un magnífico cáliz de oro, y el Grial es trasladado a Zaragoza, a las capillas reales del Palacio Real de la Aljafería.

Como voy justo de tiempo, no puedo dedicarle todo el tiempo que sería necesario, así que después de las pertinentes fotos, sigo camino hacia el sur.



Salgo de la capital y paro a reponer fuerzas, me esperan algo más de 50 kilómetros de pistas hasta Cariñena, próximo sitio para pernoctar.



Visito la ciudad celtibera de Contrebia Belaisca, en Botorrita, del siglo IV A.C., que me pilla en mi ruta, pero me quedo a cuadros, está completamente abandonada de la mano de dios.






El cielo se va oscureciendo, así que si no me mojo será de milagro, el terreno de las pistas va cambiando, es arcilloso y si se moja mal asunto para Flavia y para mí.


En algún tramo lo paso mal y hasta en algún punto busco alternativas de lo embarradas  y arcillosas que están.





Continúo por más pistas y ya empiezo a ver las primeras viñas.




Ya en Cariñena  me dirijo al Hotel de Vino, moderno complejo  hostelero a pocos metros del centro de la población.


Después de una duchita me voy a estirar un poco las patas antes de cenar.



La cena es un poco escasa pero de buena calidad, eso sí, acompañada de un buen vino de la zona.




Amanece en Cariñena y empezamos nuestra cuarta y última etapa griálica.
Nos dirigimos hacia Encinacorba, pueblo donde empezará nuestra etapa Off Road.
En poco menos de media hora y por carreterillas estamos allí.
Vemos que vamos en el buen camino.

Cogemos la pista y empezaos a subir.
Al rato se va estrechando y la cosa se pone fea y nos hemos que dar la vuelta, voy solo y no es plan de pasarnos en arriesgar.




Cogemos otra improvisada que parece q este algo mejor.
Los paisajes son espectaculares.



Pasamos por el bonito pueblo de Daroca.


Alternamos carreterillas y pistas, donde una de ellas nos llevara cerca de la Laguna de Gallocanta.




Allí nos acercaremos todo lo posible para contemplar la laguna lo mas cerca posible, aunque hay carteles de “solo acceso a propietarios”





También vemos la ermita de Nuestra Señora del Buen Acuerdo, a los pies de la laguna con bancos y paelleros, donde paramos a descansar un rato y a contemplar las fabulosas vistas que nos brinda el lugar.





Seguimos por pistas pasando Bello y Blancas.




Los paisajes que nos ofrece la zona son una explosión de colorido que nos irán acompañando hasta el final de la etapa.


Llegamos por pistas prácticamente hasta Ojos Negros, pueblo minero que abastecía de hierro a los altos hornos de Sagunto.



Atravieso el pueblo y meto por un desvío que pone “salinas”, seguimos la exploración off road, no sabía yo que en Ojos Negros hubieran salinas, pero sí, las había…..




Disfrutando de la ruta y del día.
Luego nos topamos al subir un puerto con el impresionante Castillo Peracense, construido todo de rodeno y que se alza poderoso sobre una montaña de roca, este está perfectamente conservado.


Una visita a su interior previo pago de dos euros vale la pena.




Continúo hacia la Sierra de Albarracín.
Ya en Bronchales me detengo en la entrada a hacerme un tentempié, ya que hay mesas y bancos,  y además de aquí mismo parte la pista que me adentrará por los frondosos pinares dela zona.


Me meto en una pista que se va complicando conforme avanzamos y que de muy buena gana y yendo solo me hubiera dado la vuelta.



Llega un momento que la cosa se pone fea y prefiero abandonar el track, eh improvisando me meto por otra  pista que tiene mejor pinta que la que llevo.



Atravieso los pinares de Albarracín por una estupenda y retorcida carreterrilla en busca de Teruel.
Voy paralelo a la Autovía por pistas y carreteras.



En un momento, pasando  Sarrión, me encuentro ante el imponente viaducto de Albentosa.


Sigo bajando y me meto por una cortita pista que me hará llegar al pantano del Regajo, en Jérica, muy cerquita del fin de mi viaje.


Disfruto de la puesta de sol y descanso un rato en la tranquilidad que me da la zona.


Pocos minutos más tarde, llego de nuevo al lugar donde partí, Vall de Almonacid.

Para terminar esta historia solo deciros que el Santo Grial se encuentra ahora en la Catedral de Valencia y desde el 18 de Marzo de 1437, cuando el rey de Aragón Alfonso V el Magnánimo, hijo y sucesor de Fernando de Antequera, que sentía especial predilección por Valencia, envió allí el Santo Grial, ya que Valencia también pertenecía en aquel tiempo a la Corona de Aragón. Lo llevó Juan II, rey de Navarra y gobernador de Aragón y Valencia, que lo depositó en el Palacio Real de Valencia.
Un año después, en 1438, el cáliz es entregado a la Catedral de Valencia, como garantía de un préstamo que el rey Alfonso V de Aragón solicita a la Catedral y al Consejo de la ciudad de Valencia, dada la imperiosa necesidad de fondos que tenía el monarca con los que costear la Guerra de Nápoles. Ni este Rey ni sus sucesores Fernando el Católico y Carlos I pudieron rescatarlo, y de este modo el cáliz quedará definitivamente custodiado y venerado en la Catedral de Valencia.
En 1808 Napoléon invade España, y en 1809 el Grial inicia un inquieto peregrinaje con el objeto de mantenerse a salvo de las profanaciones y rapacidad de sus tropas, así como de la posterior Guerra de la Independencia. Durante este peregrinaje visitó Ibiza, Palma de Mallorca y Alicante.
El golpe de estado del general Franco y la guerra civil que provocó pusieron en grave peligro al Santo Cáliz, ya que tres horas antes del incendio y saqueo de la Catedral de Valencia fue sacado de allí, disimulado en el interior de unos periódicos, y escondido después en el pueblo valenciano de Carlet, donde pasó la mayor parte de la contienda.
Y hasta aquí la historia del Santo Grial, de sus odiseas que tuvo que pasar durante siglos en la península ibérica y de las muchas leyendas que de él salieron.
Así lo he vivido y así lo he querido compartir con todos vosotros.
Han sido un viaje en solitario de cuatro días y de 1250 kilómetros, de paisajes y de historia , espero que os haya gustado y haya sido ameno tanto como lo ha sido para mí.
Se disfruta desde que se empieza a planear hasta cuando se hace la crónica,durante varios meses. Quizás lo más corto sea la ruta en si.

TRACK DE LA RUTA AQUÍ

Ya estoy preparando la próxima de este tipo que son las que me gustan a mi.

Saludos y hasta la próxima.